Organizaron hasta el más
mínimo detalle y al estilo de una boda tradicional. Hubo una ceremonia en la
que se juraron amor eterno con besos, reportajes fotográfico y de video, los
“no padrinos” pagaron un abundante y suculento “catering”, repartieron puros a
los hombres y flores a las mujeres, y los “no novios” cantaron, bailaron y
amenizaron un fin de fiesta lleno de música, baile y bebidas.
Al final de todo, cuando me despedía,
quise ser coherente con la filosofía del acto y les hice un “no regalo”, aunque
ignoro por qué no fue muy bien recibido.
Meses más tarde, cuando me
enteré que Juan y Ana ya no vivían juntos, pensé en lo absurdo de todo lo
ocurrido y que en cierto modo, ese era el primer “no divorcio” que conocía.
Texto: Manolo Torres
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Hay gente que esta en contra de las tradiciones y convencionalismos pero, en cambio, desean hacer lo mismo que dictan las mismas ¡Eso si! A su manera... que es, en la práctica, lo mismo. Yo creo que el no regalo estuvo no valorado pero lo bueno...Lo mejor es que la no boda fue divertida, sin el NO por delante como casi todas las SI bodas. ¡Huy!¡Que lio!
ResponderEliminarEstupendas fotos en marcos incomparables de SI belleza.
Un abrazo.
Unas fotografias excelentes para esta "no boda".Te alabo el gusto por el "no regalo" esto tambien es convencionalismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hoy que tengo tiempo me he dedicado a curiosear por el blog con detenimiento, esta entrada de lo más original “sobre todo lo del no regalo” jajá qué bueno, por cierto, un detallazo el tuyo.
ResponderEliminarEn estos días me hacía falta reírme un poco pero te aseguro que no pensé encontrarlo aquí gracias por” este instante “que me ha hecho olvidar por un momento lo que no quería recordar.
Las imágenes como siempre ¡fenomenales!
Un saludo.