miércoles, 27 de junio de 2012

Como montar en bicicleta

Hay cosas que deberían ser como montar en bicicleta, para que no las olvidemos nunca. Solemos ser muy olvidadizos con los sacrificios realizados a lo largo del tiempo y con las dificultades que hemos sufrido hasta alcanzar nuestro actual nivel de bienestar. Nos asentamos muy fácilmente en la comodidad y en la buena vida, como si siempre hubiéramos estado instalados en esa posición, sin tener en cuenta el duro trabajo y las penalidades que en el camino hemos soportado. Incluso, en muchas ocasiones, negamos o no nos acordamos de una parte de nuestro pasado y de nuestras vivencias, sin considerar que lo que hoy somos, fundamentalmente, se debe a lo que fuimos ayer, y en cómo hemos afrontado los problemas que desde entonces nos han ido surgiendo. Además, ese recuerdo es el que nos permite valorar más lo que poseemos, contribuyendo a forjar de alguna manera, las aspiraciones que hacen superarnos día a día.

Texto: Manolo Torres



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jueves, 21 de junio de 2012

Como modelos que posan

Pienso que gran parte de lo que hacemos, está muy condicionado por cómo queremos que nos vea la gente que nos rodea, y en especial, por las personas que más queremos y por las que más nos importan. 
La imagen que transmitimos y la respuesta que obtenemos, es importante para sentirnos satisfechos con nosotros mismos y reforzar nuestra propia autoestima, pero no debemos convertirnos en esclavos de esa imagen y hacer que nuestro comportamiento sea artificioso, como el de las modelos que adoptan poses o posturas atractivas según marcan los demás, o los gustos y tendencias de moda.
A veces, caemos en la tentación de estar más pendientes del aspecto que damos, que de ser realmente lo que somos, creando una sensación ideal pero falsa de nuestro interior, engañándonos a nosotros mismos y adentrándonos en la superficialidad y en la intrascendencia. Eso nos lleva a volcarnos en exceso en el yo exterior, lleno de apariencias, falsedad y engaños, descuidando y disfrazando nuestro auténtico yo interior.

Texto: Manolo Torres







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viernes, 15 de junio de 2012

Constantemente tomamos decisiones ...

Constantemente tomamos decisiones que nos influyen posteriormente en mayor o menor medida. Sin embargo, en nuestra vida hay hechos o instantes cruciales en los que una actuación o alguna circunstancia, han cambiado de manera radical todo nuestro futuro. Posiblemente, en esos momentos no fuimos conscientes de su importancia, pero variaron y condicionaron todo lo que ha venido después. Es como cuando pasa un tren junto a nosotros, y elegimos cogerlo o dejarlo pasar, marcando un rumbo u otro en nuestro destino, y alejándonos cada vez más a lo largo del tiempo.
Cuando miramos hacia atrás, podemos alegrarnos o arrepentirnos de haber escogido una u otra opción, pero la vida es larga y complicada, con infinitas posibilidades y nosotros somos muy amoldables a cualquier situación. Seguramente también podríamos haber sido felices, viviendo distintas e hipotéticas realidades, aunque lo más probable es que la felicidad, en todos los casos, sea algo inalcanzable que siempre estamos intentando tocar, pero que nunca llegamos a conseguir plenamente.

Texto: Manolo Torres



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miércoles, 6 de junio de 2012

Oye colega, haznos una foto y la publicas

Eran las ocho menos veinte de un domingo al inicio del verano y regresaba de ver amanecer en la playa. Las calles estaban totalmente desiertas, pero me encontré con dos chicos bastante bebidos y últimos supervivientes del botellón de la madrugada anterior. En cuanto me vieron con la cámara, me dijeron “oye colega, haznos una foto y la publicas”. Insistieron y uno de ellos adoptó una pose como celebrando el haber marcado un gol de España en el mundial a lo “Fernando Torres”.
Por la tarde, mientras paseaba por la plaza del pueblo, me tropecé con uno de los muchachos y este ni me reconoció. Eso me hizo reflexionar sobre lo cambiante que es nuestro comportamiento y la forma en la que actuamos. En la facilidad con la qué nos desinhibimos y nos transformamos en algo distinto de lo que normalmente somos. Y sobre todo, en lo volátil que es nuestra memoria.

Texto: Manolo Torres



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viernes, 1 de junio de 2012

Hay ocasiones ...

Hay ocasiones, en las que los planteamientos y las convicciones que se han tenido como referencia durante mucho tiempo, se desmoronan y se derrumban, quedándonos con la sensación de haber estado siempre equivocados. Es como si parte del edificio de nuestra vida se viniera abajo y nos dejara sumidos entre escombros, ruinas y confusión.
No siempre los cimientos en los que nos asentamos, tienen la suficiente fortaleza como para resistir el paso del tiempo. Aunque también es verdad, que en un mundo tan variable como el que nos toca vivir, unos años de diferencia pueden hacer bueno o malo lo que antes era todo lo contrario.
Somos seres cambiantes por naturaleza, no sólo en el aspecto físico, sino también en el mental y espiritual. Y la evolución de lo que somos y de lo que hacemos, forma parte de nuestra manera de ser y subsistir. Pero el tiempo es un juez implacable e inflexible, y suele poner las cosas en su sitio. Aunque quizá, lo verdaderamente importante, es conseguir renacer de nuestras cenizas y reconstruir nuestro entorno, de forma que pueda aguantar los envites que inevitablemente la vida nos seguirá dando.

Texto: Manolo Torres



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