Hay ocasiones, en las que los planteamientos y las convicciones que se han
tenido como referencia durante mucho tiempo, se desmoronan y se derrumban,
quedándonos con la sensación de haber estado siempre equivocados. Es como si
parte del edificio de nuestra vida se viniera abajo y nos dejara sumidos entre escombros, ruinas y confusión.
No siempre los cimientos en los que nos asentamos, tienen la suficiente
fortaleza como para resistir el paso del tiempo. Aunque también es verdad, que
en un mundo tan variable como el que nos toca vivir, unos años de diferencia
pueden hacer bueno o malo lo que antes era todo lo contrario.
Somos seres cambiantes por naturaleza, no sólo en el aspecto físico, sino
también en el mental y espiritual. Y la evolución de lo que somos y de
lo que hacemos, forma parte de nuestra manera de ser y subsistir. Pero
el tiempo es un juez implacable e inflexible, y suele poner las cosas en
su sitio. Aunque quizá, lo verdaderamente importante, es conseguir renacer de nuestras
cenizas y reconstruir nuestro entorno, de forma que pueda aguantar los envites
que inevitablemente la vida nos seguirá dando.
Texto: Manolo Torres
Buenas Reflexiones e impresionantes Imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espectaculares los encuadres y la edicion
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Manolo, me encanta este tipo de procesado, saludos
ResponderEliminarMuy buenas fotos y muy buena reflexion
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