lunes, 28 de octubre de 2013

Simples espectadores

Analizando al detalle nuestro comportamiento, nos encontramos que ante algunas de las graves problemáticas existentes en el mundo que nos rodea, actuamos como simples espectadores, viéndolo todo como desde lejos, sin que nos impliquemos en nada y sin intentar cambiar el desarrollo de los acontecimientos.
Podemos argumentar y repetir hasta estar convencidos, que la realidad nos sobrepasa y que desborda nuestras posibilidades de hacer algo. Que no hay forma de evitar que las cosas sean distintas. Que es inútil luchar contra lo que es imposible. Que se requiere de un tiempo, de unas condiciones y de un esfuerzo de los que carecemos. O incluso, que no son nuestros problemas y que son otros los que tienen que solucionarlos.
Pero en muchos casos, tras esas actitudes se esconde un egoísmo interior y una falta de valentía personal que impiden involucrarnos incondicionalmente. Nos arrugamos ante los compromisos, especialmente ante los que ponen en riesgo nuestro estatus y nuestra imagen exterior. Refugiándonos en posturas de indiferencia, ignorancia o desinterés, que resultan muy cómodas para nosotros, y que al mismo tiempo, sirven para justificarnos y acallar nuestra conciencia.

Texto: Manolo Torres




Últimas Entradas:


Otras Entradas:

         






miércoles, 9 de octubre de 2013

Un banco para descansar

De vez en cuando, todos necesitamos encontrar algo que nos sirva de alto en el camino, como un banco en el que podamos sentarnos un rato y pararnos a descansar. Descansar del ajetreo diario para aparcar los problemas que siempre nos desbordan. Un tiempo para revisar nuestro día a día, y en el que recapacitemos lo que debemos o queremos hacer y las decisiones que vamos a tomar. Que nos dé la oportunidad de establecer o reorientar nuestros objetivos y aspiraciones, llorando penas o disfrutando de logros y satisfacciones personales. O simplemente, una ocasión en la que nos limitemos en observar los acontecimientos que se producen a nuestro alrededor, como meros espectadores.
Sea cual sea la razón, esos momentos de descanso, nos sirven para reflexionar, para planificar, para preparar, o incluso, para tomar de nuevo el aliento. Resultando casi imprescindibles a la hora de seguir adelante y afrontar los retos, las ilusiones y las circunstancias que nos toca vivir, ayudando a que seamos capaces de sobrellevar las dificultades que constantemente se nos presentan.

Texto: Manolo Torres





Últimas Entradas:


Otras Entradas: